sábado, 25 de agosto de 2012

La literatura que muere

El verdadero poder de los libros
¿Qué busco cuando escribo?

Escuché una vez que la literatura se está muriendo, que está cayéndose al suelo, dando las últimas bocanadas de aire, y sólo le importa conseguir dos cosas: fuerza para decir sus últimas palabras, y alguien que las escriba. Y es muy cierto que hay una literatura que muere, pero la pregunta es cuál.

Escuché que la literatura, como forma de arte, nació hace menos de 500 años, y que es una de millones de cosas tan o más importantes que pasaron y seguirán pasando en la historia humana. Cualquiera podría decir que no, que la poesía y el cuento existen desde que existe la escritura. Cualquier otro podrá responder que todo el arte es un invento moderno, y que los poemas de Virgilio no son realmente lo que hoy entendemos por "poesía".

Quizá eso sólo signifique que hay gente que decidió llamar "literatura" a una forma muy muy específica de escritura que, efectivamente, empezó hace unos pocos siglos y que ahora está terminando. Supongo que no es lo más importante del mundo. Lo que me apasiona a mí no es escribir literatura, sino contar historias.

Por supuesto que algunos medios narrativos se me dan mejor que otros. Por todo lo que yo sé, jamás voy a llegar a contar historias significativas en forma de historieta o de cine. Apenas hice un par de juegos, que en realidad son mucho texto disfrazado de cosa interactiva. Y en cambio sí tengo la esperanza más o menos plausible de poder emocionar gente escribiendo.

¿Pero qué es la literatura, hoy? ¿Acaso conozco gente que esté interesada en escribir? ¿Y en leer? ¿Leo textos de autores que todavía no se murieron? ¿Leo literatura? ¿Tiene la literatura algún impacto en el mundo, en la vida de las personas?

Yo no leo en papel. Me resulta molesto. Pero la literatura no se define por el objeto físico, obviamente. El último libro que leí (en el sentido más estricto de "libro" que me sale) fue Machine of Death. Un libro en inglés de cuentos, escritos por una variedad de autores, sobre las consecuencias de una máquina que predice, tras un análisis de sangre, cómo va a morir el analizado.


No dejo de consumir historias. Más que nada en forma de videojuegos. Historietas, también. Hay algunas publicadas en línea que sigo con mucha alegría: Power nap, The accidental space spy, Monster pulse, Octopus pie, The adventures of Doctor McNinja, yo qué sé, Oglaf, Dinosaur Comics, Nedroid, R.I.P., etcétera, etcétera, etcétera.

Pero siento que ya dejé de consumir literatura. Cuando era chico fantaseaba con un libro mío expuesto en una góndola de librería. Se suponía que un tipo pasaba, lo miraba, le interesaba, y lo compraba. Ahora me pregunto si realmente existe tal tipo, porque no me puedo imaginar a un ser humano actual realmente entrando en una librería y comprando un libro sólo porque le interesa, sin conocer al autor ni haber escuchado del producto.

¿Con qué fantaseo, entonces? ¿A qué paraíso tengo que creer que me va a llevar lo que escribo, si es que lo escribo alguna vez? ¿Tiene algún sentido publicar algo comercialmente? ¿Tiene algún sentido no hacerlo?

Una de las razones por las que mostré mis hiperficciones al instante de terminarlas es que sabía que no podía aprovecharlas de ninguna otra manera. Lo único que podía hacer con ellas era mostrarlas. Alguna gente me las elogió, y eso me causó una alegría inmensa. Quizá esa alegría es lo único que realmente busco al escribir.

Quizá tendría que abrir alguna cuenta en Facebook, o Twitter, o Google Plus o cualquiera de esas cosas, sólo para mostrar lo que escribo a la mayor cantidad de gente posible.

Hoy, escribir me parece tan falto de sentido como esto que estoy redactando ahora. No está tan mal eso, escribir lo que uno está pensando sin plantearse mucho adónde se está queriendo ir. No me gustaría que esa fuera toda mi actividad literaria, por supuesto, pero como ejercicio no está mal.

Hace poco empecé a reescribir una especie de novela que empecé hace años y nunca seguí, y decidí que empezara así:
Yo sé que a vos no te gusta leer y vos sabés que a mí no me gusta escribir, así que ponete un poco las pilas y no me compliqués la existencia, que yo te juro que termino este asunto lo más rápido posible y después cada uno puede volver a lo que sea que estábamos haciendo antes de quedar metidos en este trámite lamentable de poner palabritas una al lado de la otra.
Hace mucho que no sentía que algo de lo que escribía me sonaba tan genuino. Así es un poco como me siento hoy, eso es todo lo que quería decir. Mañana probablemente cambie de parecer.

4 comentarios:

  1. Yo escribo un poco. Esas cosas que escribo las pongo en un lugar de la red que es público pero el cual nadie conoce. Es decir, nadie lee esas cosas que escribo, aunque estén ahí tiradas en la vereda como para que alguien las recoja.

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  2. Bueno, después de haberme acercado a las cosas que programaste, mentiría si dijera que no tengo ganas de toparme con esa vereda tuya. Una vez conocí algunos integrantes de un grupo llamado Arte Feroz: artistas visuales que, entre otras cosas, dejaban concretamente sus pinturas y esculturas en la calle, para que las encontrara quien las encontrara.

    La propuesta es interesante, pero yo creo que lo de que (casi) nadie lea mis textos me sale bastante bien sin tomarme ningún esfuerzo extra para esconderlos.

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  3. i like that paragraph of yours you shared, it is quite eloquent and approaching some interesting truth

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